martes, 5 de octubre de 2010

Mis queridos monstruitos

Os conocí el año pasado, cuando acababa de regresar a la enseñanza tras muchos años dedicada a otras tareas. Si os digo la verdad, hubiera preferido dar clase a los cursos superiores. Siempre me ha gustado más la literatura que la lengua, las lecturas que corregir las faltas de ortografía, el debate tranquilo que la algarabía que se organiza en los cursos de primero de ESO. Sin embargo, a los pocos días de conoceros ya tuve claro que iba a ser un estupendo viaje.
Siempre se cree que el que enseña es el profesor y el que aprende es el alumno, pero os puedo garantizar que no siempre es así. Vosotros me habéis enseñado muchas cosas: la alegría de estrenar el día cada mañana, la falta de rencor, el compañerismo, la apertura de mente...Creo que los mayores tenemos muchas cosas que aprender de vosotros.
Mientras tanto, os martirizaré con tareas, exámenes, ejercicios y pruebas. También leeremos libros y discutiremos algunos temas. Tenemos mucho que aprender. Y vosotros sabéis hacerlo rápido y bien. Os pediré algo más de dedicación que el pasado año y, sobre todo, más silencio en la clase, pedazo de revoltosos.



4 comentarios:

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  2. Me encanta lo que nos dices Concha, y nosotros sin embargo quejandonos por todo lo que haces, yo pensé el primer año que no me iba a gustar ninguna de las clases, pero sin embargo contigo, Concha, no es que me guste recivir clases, pero gracias a ti me alegra la mañana. Pero los días de examen... no.

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